Una fuga de agua puede convertirse en una catástrofe si no se actúa rápido. Saber qué hacer en los primeros minutos puede marcar la diferencia entre un susto y un desastre.
Lo primero es cortar el suministro. Localiza la llave de paso general (normalmente cerca del contador o en la cocina) y ciérrala completamente para detener la fuga.
Si hay agua cerca de enchufes o electrodomésticos, desconéctalos (mejor desde el cuadro eléctrico). El agua y la electricidad son una combinación peligrosa.
¿La fuga viene de una tubería rota, un grifo, un calentador o un inodoro? Localizar la fuente te ayudará a explicárselo al fontanero para que llegue preparado.
No intentes reparaciones improvisadas si no tienes experiencia. Llama cuanto antes a un fontanero 24h especializado en emergencias. Cuanto antes actúe, menos daño habrá.
Toma fotos o vídeos si hay daños importantes. Te serán útiles para reclamar al seguro, sobre todo si hay filtraciones en techos o daños a muebles.
Una vez detenida la fuga, abre ventanas y usa ventiladores si es posible. Así evitarás moho, malos olores y problemas de humedad.
Ante una fuga urgente, cada minuto cuenta. Actuar con rapidez, mantener la calma y llamar a un profesional son los tres pasos clave para minimizar los daños. No dejes que una fuga pequeña se convierta en un gran problema.