Un fregadero atascado puede ser un verdadero dolor de cabeza. La buena noticia es que la mayoría de los atascos se pueden evitar con unos simples hábitos diarios.
Una vez por semana, puedes verter media taza de bicarbonato de sodio seguido de una taza de vinagre blanco. Déjalo actuar unos minutos y enjuaga con agua caliente. ¡Una forma natural y efectiva de mantener tu fregadero limpio!
Evita productos químicos agresivos, ya que pueden dañar las tuberías. En su lugar, puedes probar con un desatascador manual o llamar a un fontanero profesional si el problema persiste.
Con unos pocos hábitos y una limpieza regular, puedes mantener tu fregadero libre de atascos y evitar reparaciones costosas. La prevención empieza en el día a día.