Ahorrar agua no solo beneficia tu bolsillo, también ayuda al planeta. Y muchas veces, el mejor aliado para lograrlo está más cerca de lo que crees: tu fontanero.
Un aireador mezcla el agua con aire sin perder presión. Se instala fácilmente en el grifo y puede reducir el consumo hasta un 50%.
¿Sabías que un inodoro gasta casi un tercio del agua en casa? Con un sistema de doble pulsador, puedes elegir entre una descarga corta o larga según lo necesites.
Muchas fugas pasan desapercibidas, pero un fontanero puede localizarlas con instrumentos especiales, evitando pérdidas constantes de agua sin que lo notes.
Una presión demasiado alta no solo gasta más, también daña las tuberías. Un profesional puede ajustar el regulador y encontrar el equilibrio perfecto.
Un lavavajillas o lavadora mal conectados pueden generar fugas lentas y costosas. Un buen fontanero garantiza una instalación eficiente y segura.
Revisar tu instalación cada 1-2 años ayuda a detectar puntos de mejora, pequeñas fugas o sistemas que podrían actualizarse para ahorrar agua y energía.
Ahorrar agua empieza por pequeños gestos, pero con la ayuda de un fontanero profesional puedes llevar tu hogar al siguiente nivel de eficiencia. ¡Más ahorro, más tranquilidad!